Pequeñas palabras

Estiró los dedos de sus manos pequeñas y los hizo crujir luego, haciendo un seco sonido que se enredó con la música pop que sonaba en la radio, en Los 40 Principales. Con los ojos fijos en el coche que había delante de ellos, su padre estaba tarareando la canción de mala manera, pero de un buen humor que parecía no armonizar con sus pensamientos.

¿Por qué estás tan alegre? preguntó entonces, un poco molesto, el hijo, ajustándose las gafas por enésima vez en un gesto inconsciente. En su reproche había un tono acusador, tal vez porque sabía realmente el motivo de su felicidad.